50 aniversario

The Roatan Open Jam

Me quedé en Roatán, entre otras razones, por la música. Justo cuando estaba por comprar mi boleto de regreso a Costa Rica, recibí una invitación inesperada: una jam session en casa de Lisandro Cabrera, uno de los músicos más conocidos de la isla. Siempre he disfrutado de ver a músicos de diferentes bandas improvisar juntos nuevas versiones de sus repertorios.

En Guanacaste, en Sámara, estuve a cargo del Sámara Open Jam: cada lunes reuníamos a músicos para una fiesta abierta en un bar local. Luego, cuando me mudé al Caribe, participé en los open jams del Hotel Puerto Viejo los domingos y en el Club de la Música los miércoles, frente al mar en Café Iriria, en Playa Cocles. Así que, de algún modo, organizar el Roatan Open Jam era un paso natural.

La Terraza, un rooftop bar en West End, fue la excusa perfecta. Con un pequeño presupuesto que me ofrecieron, pude organizar un evento semanal cada lunes. Desde el principio, conté con el apoyo de algunos de los mejores músicos de la isla:

  • Will Freidhof (Bajo)
  • Deven Alvarado (Batería)
  • Guillermo Peirano (Sitar)
  • Mixa (DJ)

A ellos se sumaron también grandes talentos como:

  • Benjamín Roca (Percusión)
  • Juan Darhanpe (Teclado)

Y logré invitar también a:

  • José García (Guitarra/Teclado)

La energía fue contagiosa. La primera semana se unió Lucas Miño en la guitarra; a la siguiente, Tijaax en el sintetizador; y, para la tercera semana, se sumaron Polza con su scratch en las tornamesas y Speedy, un tecladista de reggae local. Con cada jam, sentía cómo la comunidad musical se fortalecía, y nuestras sesiones improvisadas cobraban vida con más fuerza.

Con el tiempo, comencé a grabar nuestras sesiones y creé un archivo en www.roacollective.com/openjam, donde se pueden encontrar fotos, videos y audios de cada jam. Este archivo no solo conserva el recuerdo de cada sesión, sino que también celebra la creatividad espontánea de todos los músicos que han pasado por ahí.

Los jams en Roatán han sido algo distinto a lo que alguna vez había organizado. No son covers ni temas previamente acordados; son jams en el verdadero sentido de la palabra: improvisaciones. Tres horas de creación espontánea, donde los sonidos fluyen y se transforman. Incorporamos elementos acústicos tan antiguos como el sitar, percusiones en congas y bongós, junto con la energía eléctrica de los bajos y las guitarras, y los matices electrónicos de sintetizadores, VST, loops, y DJs. Todo esto se entrelaza para crear un sonido único, diferente a cualquier otra cosa que hayamos hecho en vivo.

Este es el corazón de ROA Collective: una propuesta que trasciende lo tradicional y explora nuevas formas de conexión a través de la música. Y esta es una de las razones por las que poco a poco, Roatán se ha convertido en mi hogar.